LA BUSQUEDA DEL CUERPO PERFECTO Y LA NUTRICIÓN EQUILIBRADA

Alrededor de un 25 % de la población de los países industrializados tiene un problema de exceso de peso, y aproximadamente la mitad de este porcentaje corresponde a obesos mórbidos, con el agravante de que estas cifras no dejan de subir. Los expertos coinciden en afirmar que este progresivo aumento se debe a un cambio drástico en los hábitos alimenticios y al sedentarismo de las sociedades opulentas. En definitiva, según el doctor Angel Sanchez, especializado en nutrición, “tenemos mucho y gastamos poco”. Pero al lado de este problema real, el rechazo social impuesto a los obesos ha generado una obsesión hacia el peso que, sobre todo en las mujeres y con la llegada del verano, puede llevar al paroxismo. 
Por ello no ha de extrañar que, en los últimos quince años, las dietas y tratamientos estéticos para adelgazar se hayan convertido en un apetitoso bocado al que todos quieren hincar le el diente. Primero fueron las dietas hipocalóricas, luego las restrictivas acompañadas de la aparición de sobres de proteínas hidrosolubles, más tarde el auge de las clínicas de adelgazamiento y los tratamientos estéticos locales. En el camino, la moda de la ropa superajustada y el fenómeno del culto al cuerpo han trastoca do la salud y el equilibrio de muchas personas que, ante la imposición social de un modelo atlético o estilizado como símbolo del éxito, mantienen un duro combate contra los kilos de más, aunque en no pocos casos se trate más de una falta de aceptación de la propia imagen que de un auténtico problema de sobrepeso que requiera tratamiento. 

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Pero ocurre con los kilos lo contrario que con el dinero: los que se pierden con facilidad se ganan con mayor rapidez, una puntualización que no figura impresa en la letra pequeña de los folletos publicitarios y, por supuesto, un argumento jamás esgrimido por los fabricantes de tan ilusorias armas. 
Adelgazar rápidamente para engordar más a continuación es lo que los médicos describen como síndrome del yoyó o acordeón, causante de gran cantidad de problemas físicos y psíquicos que afectan a los que no pueden ver resueltos de manera definitiva sus problemas con la báscula. Expresado en términos de fácil comprensión, este efecto se produce porque el organismo se habitúa fácilmente a una ingestión pobre de alimentos y, al volver a comer más, necesita tiempo para acomodarse, almacenando en forma de grasa el exceso de calo rías que no consume. Es por ello que lo que realmente ayuda a mantener el cuerpo a "raya" es una solución quema grasas como 4Life Transform Burn, una dieta equilibrada y deporte físico por lo menos 3 días a la semana.

Recientes estudios han venido a demostrar que el síndrome del yoyó comporta mayor riesgo de enfermedades coronarias que un sobrepeso estable. Demostrada la ineficacia y los peligros para la salud que entrañan las fórmulas mágicas para adelgazar, la tendencia actual consiste en explicar las virtudes de una dieta equilibrada y variada, eliminando el sentimiento de culpabilidad asociado a la ingestión de determinados alimentos considerados hasta ahora tabú —el chocolate, por ejemplo—, es decir, enseñar a comer y a disfrutar de todo en una proporción adecuada al metabolismo y actividad de cada persona porque, también en este aspecto, no hay dos personas iguales. En palabras del doctor Sanchez, “la comida tiene tres valores: calórico, reconstructor y placentero, y los tres van juntos. Habitualmente no somos conscientes de los dos primeros y al tercero le damos un valor moral, de ahí la importancia que conlleva ayudar a nuestro cuerpo a quemar grasas.

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